sábado, 28 de enero de 2017

San Valentín (El Día de los Enamorados)


¡Como corre el tiempo chicas!. Ya se acaba el mes de Enero, y Febrero entre otras cosas, nos trae "El Día de los Enamorados". ¡Que bonito! ¿Verdad?. La fecha más romántica del calendario.

Yo particularmente soy de la opinión de que prefiero cualquier día del año, al azar, me da igual, para demostrarle a mi marido, al compañero de mi vida, lo mucho que le quiero. No tiene que ser precisamente el 14 de Febrero, parece que las parejas solo se quieren ese día, y el resto del año ¡hala a pelearse!

Aunque yo, como soy bastante "romanticona", pues resulta, que lo celebro cuando se me antoja tener un detalle bonito con mi marido, y también, porqué no el 14 de Febrero.

Pero bueno, al margen de mis preferencias personales, reconozco que es una celebración muy bonita, no solo por lo que a "parejitas" se refiere, ya que también se celebra el día de la Amistad y del Amor en general, en cualquiera de sus expresiones.

Esta celebración es típica, o mejor dicho, tiene sus raíces en Europa, más tarde llegaría a Estados Unidos, y desde allí se popularizó a gran parte del resto del mundo.

Cada país tiene su forma particular de celebrarlo, incluso no todos celebran el Día de los Enamorados el 14 de Febrero, por poneros un ejemplo:
En Brasil se celebra el 12 de Junio en memoria de San Antonio de Padua, famoso, entre otras cosas, por haber sido casamentero en aquel país.
En Bolivia el 21 de Septiembre coincidiendo con el inicio de la primavera allí.
En Colombia el tercer sábado de Septiembre.
En Egipto el 4 de Noviembre...

Aquí, en España, esta fiesta se convirtió en tradición hacia mediados del siglo pasado, es decir sobre 1950, con la idea de promover e incentivar la compra de regalos.

Se especula con la idea de que fue la legendaria cadena de grandes almacenes Galerías Preciados, quien introdujo esta fiesta en nuestro calendario de celebraciones.

La verdad, si esto es cierto, no se puede decir que nuestro origen en esta fiesta sea muy romántico.

Yo prefiero quedarme con lo que dice la historia, sobre el santo de ese día, es decir, San Valentín.

Este Santo vivió en Roma, en tiempos del Emperador Claudio II "el gótico", el cual había dictado un decreto en el que prohibía expresamente a sus soldados contraer matrimonio, pues de esta forma, sin tener cargas familiares, servían mejor a su Emperador.

Valentín, que era médico, se había convertido al cristianismo y se ordenó sacerdote. Contraviniendo y desafiando al Emperador, por considerar injusto su decreto, casaba a las parejas que así lo deseaban, de soldados con sus amadas, en secreto.

Cuando los hechos llegaron a oídos de Claudio II, lo condenó a martirio y a muerte. Dicha ejecución tuvo lugar el 14 de Febrero del año 269 de nuestra Era.

Posteriormente, el 14 de Febrero del año 494, fue el Primer Día Oficial de San Valentín. El, en ese momento Papa, Gelasio I, designó que fuera incluido en el calendario litúrgico tradicional. Y durante 15 siglos nada menos, así fue.

Pero, en 1969, bajo el pontificado de Pablo VI, y después del Concilio Vaticano II, fue eliminado del calendario, así pasó a ser una fecha con Santo pero sin celebración. La iglesia católica no lo considera ya una festividad.

A mí, personalmente me gustaría saber ¿qué tenía este Papa en contra de San Valentín para hacerle ese "feo" tan grande? Como me gusta mucho leer cualquier día de estos, que pueda, me iré a la biblioteca y buscaré el Concilio y me lo leeré. ¡Ya os contaré!
Bueno, y si alguien lo sabe, pues que nos lo cuente al resto, yo por lo menos estaré encantada de que me lo cuente.

Pero en cualquier caso. Para todos los Enamorados del Mundo, que gustan de celebrar "Su Día"en esta fecha, han de saber que su "patrón" no puede ser más romántico.

         ¡VIVA   SAN   VALENTÍN!
                               

         ¡VIVAN   TODOS   LOS   ENAMORADOS!

       ¡VIVA   EL   AMOR!






domingo, 22 de enero de 2017

El "Tocata" y El "Cassette"

El otro día, no recuerdo donde, porque leo mucho, pero leí un artículo que me dejó perpleja. Venía a decir que se volvían a comercializar los discos de "vinilo" y los "cassettes"

Me lo tuve que mirar dos veces, porque en verdad, no me lo creía. Parece ser que el CD no ha dado el resultado esperado en calidad, eso unido al tema de las descargas "pirata" ha llevado a la industria discográfica  a replantearse el asunto, y han visto que los vinilos
y los cassettes, todavía tienen un publico muy "fiel" (el de nuestra generación), que llevados de la nostalgia y de los buenos recuerdos, nos hacen ser un consumidor "ideal" de este artículo.

Lo más curioso es, que son los interpretes (cantantes) más jóvenes, los que más se "han subido al carro" de la cuestión, y ya venden sus discos en estos formatos "tan románticos".

Yo aun conservo los discos de vinilo y los cassettes, de mi infancia y mi adolescencia, y todavía los puedo escuchar en una minicadena de la misma época, aquellas que se componían de tocadiscos, radio con varias frecuencias y cassette de doble pletina, con dos bafles (altavoces) y el mueblecito que venía  incluido en el precio para tenerlo todo junto, los discos, etc.
Como diría mi abuela, ¡Ya no se hacen las cosas como las de antes!

Hace ya algún tiempo, me pasó una anécdota muy graciosa con mi madre y los discos. Resulta que un día le pregunté por ellos, porque no sabía donde los había guardado, y le dije: "mama ¿sabes donde están mis discos de vinilo?". Ella que por su edad no oye muy bien me entendió: "mama ¿sabes donde están mis "hijos" de Vinilo?"
Y la oigo decirme, con un enfado "monumental". ¿Qué hijos de Vinilo? ¿Cuando has tenido tu hijos con Vinilo? ¿Quién es ese Vinilo?
Pick-up

Como podéis imaginar, "el cachondeo" fue legendario, cada vez que lo referimos, nos hartamos de reir.
A veces "la pincho" un poquito y le digo que un día de estos le voy a presentar a "mí Vinilo".

La verdad es que, el tocadiscos daba mucho juego, y el radio-cassette también. Fuera donde
fuera, que juntaras uno de estos "aparatitos" y cinco o seis amigas, y ya tenias "una fiesta" montada, bueno, y unas
Ganchitos

cuantas coca-colas, fantas, patatas fritas, ganchitos y cosas así.
Patatas fritas

Recuerdo estar en la playa, jugando con la arena (con 7 u 8 años) y ver pasar algún chico, con el radio-cassette al hombro (de pilas por supuesto) "a toda pastilla" de voz, por toda la orilla, arriba y abajo.
Lo peor era que la mayoría de las veces, llevaban la misma cinta y acababas hasta arriba de escucharla.

Imagino que no solo me pasaría a mí, lo de "engancharse la cinta" y tener que sacarla del aparato y rebobinarla con la mano, bueno, con la mano me refiero a coger un lápiz, bolígrafo o "rotu" que cupiese en el "agujerito", y darle vueltas, hasta conseguir re colocarla toda.
A veces era peor, y además de engancharse y liarse, se rompía.

Yo, con muchísima paciencia y una gotita de pegamento Imedio, conseguía engancharla, pero el resultado no era lo que se dice "muy pulido", y al reproducir la canción, en ese punto concreto donde tenía el "empalme" que yo le había practicado, la canción daba un salto, como  un "porummmsss", vamos una autentica chapuza, pero por lo menos no perdía el resto de las canciones de la cinta.

Como es lógico, yo no podía comprarme toda la música que me gustaba, pues era prácticamente toda en aquellos años, y cuando se me estropeaba una, no la tiraba hasta que no tenía arreglo posible.
Gramófono

El tocadiscos, tal y como lo conocemos, apareció por primera vez en 1925, también le llamaban "pick-up".

Surgió con la idea de reproducir los discos de forma eléctrica y no mecánica como hasta entonces.
Podía reproducir tanto los discos de vinilo como los de acetato.

El "abuelito" o el "papá"  de este nuevo "invento" fue el "gramófono" (en algunos lugares le llaman "gramola", que vio la luz hacía el 1881, y los discos que se podían escuchar en ellos eran de pizarra.
Gramola

El cassette o radio-cassette, es bastante más "joven", podría decirse que es casi de nuestra generación, ya que los primeros reproductores se empezaron a comercializar a finales de los setenta.

Un abrazo a todas y hasta otro ratito.😉



jueves, 12 de enero de 2017

¡Vamos a la Feria!

Hay cosas que por muchos años que pasen, siguen siendo igual. Si pudiésemos hacer un símil con la literatura, diría que son un clásico, y que como tal, tiene un carisma excepcional de atemporalidad.
El título de esta entrada os habrá dado la pista de lo que os estoy hablando.

¿Quien no ha ido a la feria alguna vez en su vida?

Además, hay que reconocer que la feria tiene un encanto especial, que tanto es atractiva para los pequeños, como para los no tan pequeños.
Yo recuerdo que, en mis años de niña, lo pasaba en grande, entre todo aquel jolgorio de ruido, música, globos, vaivenes, vueltas, tómbolas, tiovivos, trenecitos, casas encantadas.
Al entrar, entre las casetas, cada una de su atracción y con su música y su ruido particular, me parecía que estaba entrando como en otra vida, en una dimensión distinta.

En mi barrio ponían una feria muy grande, coincidiendo con su fiesta mayor, para San Andrés (el 30 de Noviembre).
Todas las atracciones que instalaban, me gustaban, sin excepción, todas, aunque claro está, que tenía mis preferencias, mi favorito siempre ha sido el carrusel de caballitos. Era una delicia dejarse llevar del movimiento giratorio y de la música que lo acompañaba. Aún ahora, cierro los ojos y recuerdo aquellos momentos.

¡Y vuelvo a tener 6 años!

No sé, por qué motivo, me viene una canción en concreto, pues no siempre había la misma música, ni en todas las atracciones, ni mucho menos en diferentes años, pero a mí, el recuerdo, siempre vuelve con una canción de Demis Roussos ("Goodbye my love").
Es una pena, que ya no esté entre nosotros. Aunque nos ha dejado un magnífico legado en su música.

Las tómbolas siempre fueron mi "oveja negra", nunca me tocó nada, ni de pequeña, ni de mayor. Me quedaba maravillada de como a la gente le tocaba de todo. Se iban cargados de cosas. En cambio a mi, solo me daban chicles y alguna piruleta, eso con mucha suerte, que otras veces ni siquiera eso.

Recuerdo que una vez, ya mayorcita, me empeñé en que quería una muñeca de trapo, la mítica "chochona". Y compraba papeletas y más papeletas, y no me tocaba nada.
Fijaos si llegué a comprar, que el señor de la tómbola, se compadeció de mí y de mi mala suerte, y me regaló una, pues la había pagado con creces con tanta papeleta. Pero tocarme, por mi "buena suerte" nada de nada.

Otro peluche que me gustaba mucho y que tampoco me tocó nunca, y en este caso no me regalaron, era "el perrito piloto".

Pero bueno, también había otras cosas de la feria que me gustaban y estaban más accesibles, como el algodón de azúcar, las garrapiñadas, el coco, las manzanas con caramelo...

¡Que buenos ratos pasaba en la feria!.

 Bueno, para hacer honor a la verdad, a veces todavía voy, y es que como ya os he dicho, para mí por lo menos, tiene un encanto único.

Como todo en esta vida, el origen de la feria, se remonta a mucho tiempo atrás, en este caso, a la Baja Edad Media, o lo que es lo mismo, sobre el siglo XV.

Al principio, las ferias fueron un fenómeno económico, de la Europa Occidental. Consistía en una confluencia organizada de numerosos mercaderes, en una localidad, en la que establecían tratos comerciales durante varios dias, y con una periodicidad, normalmente anual.

Más tarde, las ferias, evolucionaron e incluyeron eventos festivos, con puestos de venta, de artículos variados, ganado y atracciones.
detalle de caballitos de carrusel


¡que bellos recuerdos!

Un abrazo a todas y hasta otro ratito😉

jueves, 5 de enero de 2017

¡¡Que vienen los Reyes!

Espero que el nuevo año que acabamos de estrenar os esté siendo propicio, y que la cena de nochevieja y la comida del día siguiente os hayan dejado un "huequecito", pues la cosa no ha acabado todavía.
No, aún nos faltan por hacer acto de presencia, esos personajes maravillosos, entrañables, mágicos... Sí, sí, Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente.

Perdonad la "pomposidad " con la que los presento, pero es que yo los llamaba así de niña, y así me gusta seguir llamándolos.

A pesar de que en las entradas anteriores los hemos mencionado junto con otras tradiciones, pasa que, a mí, que como ya os habréis dado perfecta cuenta, "me encanta" la Navidad y toda su "parafernalia, "
me cuesta horrores despedirme de ella hasta el año que viene, y por eso, no se si de manera consciente o inconsciente, pues me sale solo. La cuestión es que lo alargo y alargo tanto que "mis arbolitos" y "mis nacimientos" mantienen su "visita" en nuestra casa hasta bien entrado el mes de marzo.

Y Sus Majestades, a día de hoy, están a puntito de llegar en sus camellos, cargados hasta no poder más con todas nuestras ilusiones, proyectos, ideas, salud, paz, amistad, amor, etc, etc ...Y por supuesto, todo lo que nuestros hijos y nuestros nietos más pequeños les hayan pedido, CLARO QUE SÍ, esas cosas fueron lo primero que pusieron en sus sacos.

¿Os acordáis amigas? con que cariño preparábamos el agua para los camellos y la bandeja con la comida para Los Reyes. En mi casa "arrasaban" con todo.

A mí me hacían creer que se metían entre  las paredes, y que podían así ver y oír todo,  por lo que me tenía que portar super-bien para que me trajeran lo que había pedido, ¿qué cosas, no?.

No recuerdo haber visto, de pequeña hablo, ninguna Cabalgata de Reyes. Sólo me llevaron una vez, y era muy pequeñita, pues lo único que recuerdo es ver "el trasero" y los abrigos de la gente que tenía a mí alrededor. Mis padres y mí hermano que es mayor que yo cinco años, estaban ellos tan entusiasmados viéndolos, que se olvidaron de mi personita, que estaba  "allí abajo". Con mí hija , no nos perdimos una cabalgata durante 15 años, ni su padre, ni yo misma, ni, por supuesto mi hija.

Mi preferido, y al que  sigo pidiéndole todos mis deseos es Melchor (el blanco).

Huelga decir los nombres de Sus Majestades, pero bueno, por si hay algún niñito o niñita viendo este blog con sus papis o yayis, que sepáis que se llaman Melchor,Gaspar y Baltasar. Que vienen en camellos, habitualmente, aunque tambìen utilizan otros medios de transporte.
Aquí, en mi pueblo, llegan en barco al puerto, y de allí se suben en unos camiones, cada uno en uno distinto, donde les han instalado "el trono real".
Pero yo les he visto venir también en caballo, en carreta tirada por ponys, en coche de la policía municipal, en moto (eso fue cuando ya se marchaban una vez, fue el rey Gaspar que por lo visto tenía mucha prisa porque se había dejado "algo" en Oriente). En fin, eso es lo que tiene  "ser mago".

Otra cosa "importantísima" que no se nos puede olvidar estos días amigas es "el roscón". De mi infancia no tengo referencias de este dulce navideño, por lo menos en mí casa no lo ví nunca. No me negareis que está "divino" en cualquiera de sus versiones, en casa se lleva el premio el de nata.
Además, el tema de la figurita y el haba que lleva escondidos en su interior, tiene su gracia añadida, aportando ese punto de emoción de ¿a quien le tocará pagar el roscón?, que en mi casa sirve para tomarse el café al día siguiente. Recordad, el del haba "paga" y la figurita del rey te "corona".

Esta tradición (la de Sus Majestades), es casi exclusiva nuestra, bueno, de los países de habla hispana.
Hay algún país del norte de Europa como Polonia y República Checa que también lo celebran, pero por el momento, por el resto del mundo, triunfa y seguirá triunfando Santa Claus o Papa Nöel (de este entrañable personaje ya hablaremos en otro momento), aunque aquí, en España también hace sus "pinitos", y eso es porque nosotros somos más listos y lo celebramos todo absolutamente.

Como dato anecdótico, por hacer un poquito de historia (que a mi me encanta), os comento, aunque quizás ya lo sepáis, pero sino es así, pues estos reyes existieron en realidad, contemporáneos de San José, La Virgen Maria y Jesús, bueno y todos los demás. Por lo visto vivieron más que el mismo Jesús, ya que se bautizaron, convirtiéndose de esta forma al Cristianismo, que fue la religión que se creó a partir de Jesús y por Él.
Murieron en Saba (actualmente Yemen). Se dice que sufrieron martirio, precisamente por ser cristianos. Sus restos fueron trasladados a Constantinopla (el actual Estambul en Turquía).
Más tarde el Emperador Federico Barbaroja los llevó a Milán y se los entregó al arzobispo de Colonia (Alemania) Reinaldo de Dassel en 1164,y este los llevó a su ciudad, Colonia,  allí en 1248 se empezó a construir una catedral digna de albergar tan ilustres relíquias. Tardaron 632 años en acabarla, pero desde entonces se convirtió en la iglesia gótica más grande de Europa Septentrional. Desde entonces, los restos de nuestros queridos Reyes Magos descansan allí, en un gran sarcófago triple, dorado y lujosamente decorado. Situado detrás del altar mayor y por encima de este. Para todo aquel que quiera ir a visitarlo, ya que se convirtió, desde ese momento, en un lugar más de peregrinación para todo el mundo cristiano.

Bueno, pues, con ellos, con nuestros adorados Melchor, Gaspar y Baltasar, sus cabalgatas, sus regalos, sus peticiones y sus roscones, dejaremos que pase el año, mecidas por la inercia del tiempo, y hablaremos de otras muchas cosas, de lo divino y de lo humano, y dentro de muy poco, poquísimo, ya lo veréis, volveremos a felicitarnos las fiestas y volveremos sobre estos temas que tanto nos gustan a una mayoría.

Entre tanto, a ver si os portáis bien y que los Reyes os traigan lo que les habéis pedido. Yo me he pedido una Nancy, no lo puedo evitar es mi debilidad.