lunes, 21 de mayo de 2018

Nancy nostálgica

Esta mañana, no se si será la primavera que tiene estas y otras cosas, que me he levantado con pocas ganas de nada, también el día que hace no acompaña demasiado, está nublado y hay una humedad que te hace doler todo el cuerpo.

¿A vosotras os pasa "nancyfans"?

A mí de un tiempo a esta parte, un año más o menos, cuando no me duele un brazo, me duele un tobillo, o la espalda, incluso a veces varios sitios a la vez.

No se, debe ser la menopausia, que sin darme cuenta va haciendo de las suyas.

Aunque conmigo lo lleva "crudo" no pienso darle ni un minuto de tregua, no señor, con la de cosas que tengo y quiero hacer.

No me quiero permitir el lujo o la tentación de caer en la auto-complacencia,  y buscar la excusa de que me duele esto y aquello para no hacer nada.

Como dice mi madre: "ni hablar del peluquín", No me preguntéis que significa porque no lo se, y mi madre tampoco, pero lo dice siempre que quiere "negar" algo con rotundidad.

Pues eso.

Ahora que me he acordado de mi madre, estoy volviendo a "escenarios" de mi niñez, bueno en este caso, lo que tengo en mente son recuerdos de adolescencia.
Avenida Tibidabo (Barcelona de 1960 aprox.)

La  verdad que para mí la adolescencia es una etapa de la vida muy contradictoria,  yo no la recuerdo especialmente "buena", es complicada para uno mismo y para todo el que está a tu alrededor, que no sabe muy bien como "tratarte". Prefiero recordar los años de niña.

Pero bueno, lo que ahora mismo estaba pensando es, que con el paso de los años, los sitios cambian tanto, que cuando hace un tiempo que no pasas por "allí" , da igual el lugar porque cambia todo, no lo reconoces, por lo menos a mí me ha pasado ya más de una vez.
Navidad de 1975 aprox.

Yo soy de Barcelona, como ya sabéis, nací allí en un barrio el cual hacía que no veía pues desde que nació mi hija, bueno puede que un poco menos, pero vaya, más de 20 años seguro.

Pues hace unas semanas, con motivo de nada en particular, simplemente me dije que hacía mucho, demasiado tiempo, que no había ido por allí, que fui.

Lo que me encontré no era mi barrio, era un barrio que se había "tragado" a mi barrio, y lo único que había dejado sin tocar (por fuera) porque por dentro también está bastante cambiada, es la Iglesia Parroquial, vamos que de no ser por la iglesia, me creía que me había perdido y estaba en otro sitio.

¡Que sensación más extraña chicas! Y por otra parte bastante ingrata, porque mis recuerdos ahora "vagan" por un lugar indefinido que solo existe ahí, en mis recuerdos.

Como dice un escritor también de Barcelona y que me encantan sus libros..."La Barcelona de mi juventud ya no existe"...(Carlos Ruíz Zafón).

Pero no acabó ahí mi asombro, me metí en el metro para recordar aquellos años de mi adolescencia, que recorría de punta a punta  mi ciudad, con las líneas del metro, que entonces eran cuatro, ahora creo que hay doce y no se  cuantas  líneas de trenes de cercanías, vamos un "horror" ahí no había quien se aclarase.

Lo cierto es que, como no he tenido la necesidad de venir a la ciudad muy a menudo desde que me casé y nos mudamos a un pueblecito de la costa,a unos 40 Km, pues que me he acostumbrado a vivir mucho más tranquila.

Siempre me ha gustado mi ciudad, "la adoro", crecí en ella y con ella.

Pero ha cambiado tanto, que "me cuesta", según en que lugares, reconocerla, ver "la Barcelona de mis primeros años de existencia".

Me sentí como una extraña en mi propia casa.

Demasiadas cosas que no había que ahora hay, y también muchas de las que había entonces, ahora ya no existen.
estacion de metro años 60
la misma estacion de metro a dia de hoy

Recuerdo cuando éramos niñas y mi madre necesitaba comprar ropa de casa, sábanas, manteles, mantas, delantales, cosas así, pues iba a unos almacenes que estaban en la calle "Junqueras" nº5, se llamaban "La Casa de las Mantas", quedaba muy cerca del Corte Inglés  de Plaza Cataluña (este sigue existiendo). Tenían un eslogan que lo repetían una y otra vez, las emisoras de radio: "Comprando una se llevará siempre dos...La casa de las mantas, Junqueras 5, al ladito de La Caixa".

Recuerdo haber pasado con mi madre muy buenos ratos, revolviendo sábanas, mantas,...y después me llevaba a merendar al Corte Inglés, un chocolate con churros, unas veces, otras nos volvíamos para casa, pero antes parábamos en una "granja" que regentaba una señora (no recuerdo su nombre) pero que nosotras la "bautizamos" Dolores, porque a nuestros ojos se parecía muchísimo a una hermana de mi madre que se llamaba así.

Y a ella, a mi madre, le gustaba recordarla en aquella señora, porque además mi tía tenía una ocupación parecida a la suya, además de su aspecto físico.

Pues como os decía, la "Sra Dolores" nos ponía un flan con nata y unos croisants que eran "la re panocha".
Añadir leyenda

¡Que bueno estaba aquello chicas!

O quizás en mis "dulces recuerdos" lo magnifico, no se.

Pero sea como sea, yo me lo pasaba "pipa".

Recuerdo también, que en aquellos años, cuando yo tenía más o menos 12, reía muchísimo (ahora también) pasé de "llorar por todo", de muy pequeñita, a "reír por todo".

Mí madre me decía que "siempre estaba con la boca abierta" ya fuera por una o por otra razón.

Pues bueno, aquellos tiempos eran de "reír", y recuerdo que una de aquellas veces, que volvíamos de la casa de las mantas, mí madre había comprado unas mantas y no recuerdo que más, pero cómo allí comprando "una" te llevabas siempre "dos", pues íbamos las dos cargadas como "camellos en Navidad", parecíamos "los Reyes Magos".

Imaginaos la escena chicas.

Mí madre y yo de "esa guisa" por el metro de Barcelona, que ya entonces tenía montones de escaleras, para arriba, para abajo, los túneles interminables (o al menos a mí se me hacían así).

Pues bien, en aquel tiempo, en la televisión, había un programa, que seguro todas recordáis,  el "1,2,3 responda otra vez"... donde actuaba de humorista (entre otros) Ángel Garó, que en casa nos reíamos mucho con él, con su personaje de "Juan de la Cosa".

Pues bueno, volvamos al metro con mi madre y con las mantas.

En un tramo de escaleras, mí madre tropezó, poca cosa, no se cayó, pero yo, no se por qué, me dio por "soltar" una frase del Garó, que decía siempre "cuidado con el escalón mamá"...

Aquello fue el "detonante", a mí madre le entró la "risa tonta" y a mí también, que nos tuvimos que sentar en mitad de las escaleras a reírnos.

No podíamos parar de reír, entre el agobio de las cajas de mantas y la "guasa" del Garó.

La gente nos pasaba por el lado y nos miraba allí sentadas, pero como nos estábamos riendo, no nos preguntó nadie qué nos pasaba, era evidente, algunos se contagiaban y se iban riendo también.

Aquella tarde chicas fue "legendaria" . Para mi madre y para mí quedó escrita para siempre en los "anales de la historia de la risa".

Años después lo hemos comentado y nos sigue dando risa.

Yo ahora os lo estoy contando y me estoy riendo, ¡es increible!.

Momentos muy bonitos para mí, que ya no volverán a repetirse, porque entre otras cosas, aquellos almacenes de la calle Junqueras, dejaron de existir hace ya un tiempo, concretamente en Julio de 2012. Otros más a quien la "crisis" se ha llevado por delante, después de haber estado más de 70 años en activo.

¿Y a vosotras nancyfans? ¿os ha pasado alguna vez algo parecido?

Contádmelo, ya sabéis lo mucho que me gusta que compartáis vuestras cosas conmigo.

"Mis niñas" me "miran" desde su atalaya, en donde están subidas y parecen compartir mis sentimientos.

Hay quien dice que los objetos, las cosas, que en apariencia no tienen "vida", si que la tienen, pues están hechas de materia, y la materia es "energía" y la energía es en "esencia" vida.

Bueno, quien soy yo para decir lo contrario, si los físicos que de estas cosas saben mucho, afirman esto categóricamente, pues yo que me lo quiero creer, digo que de acuerdo, entonces concluyendo "mis niñas", mis nancys, las vuestras, "sienten", me lo dicen sus ojos, su expresión, no siempre es la misma, aunque sea la misma.

Si, ya se que resulta un poco "raro" de entender, pero ponedle un poco de imaginación y de fe, y veréis lo que yo veo.

Pues bueno, volviendo a los sentimientos que parece que comparten conmigo.

Ellas son una de las "poquísimas" cosas que perduran a través del tiempo, prácticamente invariables.

Me recuerdan siempre "todo lo bueno" de aquellos años, que es lo único que quiero y me interesa recordar "lo bueno".

Por eso cuando entre lo bueno se me cruza algo, no tan bueno, "agarro" mi antídoto personal, una de "mis niñas" y le corto algún vestidito, se lo coso y después "a la pasarela" a la sesión de fotos.

¡Que bonitas son madre! No me canso de mirarlas.

Os voy a dejar por hoy nancyfans, voy a ver  si se me ocurre algo para "mis niñas".

Un beso a todas.


viernes, 4 de mayo de 2018

Nancy chocolatera

¡¡Hola chicas!!


Creo recordar que en alguna ocasión os he hablado de mi "afición" por el chocolate, desde que tengo memoria, siempre me ha gustado el chocolate, en todas sus presentaciones pero quizás, la que mejores recuerdos de cuando éramos niñas me trae es la de tomar "leche con cacao" concretamente con "Cola Cao"

¿Os acordáis chicas? de la canción aquella de ..."Yo soy aquel negrito del África tropical"...

Lo cierto es que yo no he necesitado nunca acordarme del colacao, porque "nunca" he dejado de tomarlo. Sigue siendo "un buen compañero" en cualquier época del año, frío o caliente. Aunque yo si puedo elegir, lo prefiero caliente.

De la misma forma que el colacao, con el "chocolate a la taza" también he pasado y paso muy buenos momentos, sobre todo en invierno y en Navidad, "es una delicia".

Haciendo un poquito de "historia" sobre este producto maravilloso, nos encontramos con que el chocolate, como nosotras estamos acostumbradas a verlo, no es ni mucho menos su estado natural.

Proviene de un árbol que da un fruto en forma de "vaina" que "atesoran" en su interior las "pepitas" o "habas" o "semillas" que después de procesadas nos da el chocolate, entre otros productos.
theobroma  cacao

Al principio, cuando se tiene conocimiento de esta especie, hace más de 4.000 años, crecían de forma silvestre en las selvas tropicales, concretamente en las cuencas de los rios Amazonas y Orinoco.

Su nombre "cacao", el nombre científico es un poco más rebuscado "theobroma cacao".

Al cacao se le han atribuido desde siempre propiedades "casi" mágicas, desde curar enfermedades, calmar la sed y el hambre, hasta proporcionar la "sabiduría universal", esto según una leyenda azteca.
semillas de cacao

Los mayas, empezaron a cultivarlo hace más de 2.500 años y principalmente lo usaban como medicina, relajante, reconstituyente, estimulante, sí, aunque a simple vista pueda parecer contradictorio, el cacao provoca todos estos "efectos".

La manteca de cacao la usaban como pomada cicatrizante de las heridas.

Para ellos el cacao era símbolo de "vigor físico" y "longevidad".

Fueron también los mayas, los que a partir de semillas machacadas de cacao, crearon un "brebaje" amargo llamado "chocolha".

Este solo podían tomarlo "reyes y nobles".

Para los aztecas era "tan valioso" el cacao, que lo hacían servir de "moneda de cambio" a la vez que de producto de consumo.

El cacao llegó a Europa a través de nosotros (España) de la mano de Hernán Cortés, que fue quien envió el primer cargamento de cacao, allá por el año 1.524.

Aunque con anterioridad, Cristobal Colón, en 1.502, recibió cacao como ofrenda de "bienvenida" entre otros presentes, como armas y telas.

Como suele pasar con todo desde que el mundo es lo que es, y "el hombre", esa especie "aventajada" entre las demás especies, lo manipula absolutamente todo en favor e interés propio, con el cacao no iba a hacer una excepción.
Cristobal Colón

Aquí en España, la acogida de este producto fue "increible".

Tanto fue así, que hasta las más altas esferas (la Corte Española) cayeron rendidas a sus "encantos" y lo "monopolizaron" para si.

Manteniendo como "secreto de estado" durante un siglo la preparación del "chocolate o cacao a  la taza o bebido".

Únicamente la iglesia conocía el procedimiento para convertir el fruto del cacao en chocolate.

Y consideraban que podía ser consumido en Cuaresma porque, "según ellos", no rompía el ayuno.

¡Ya sabéis chicas!, en Cuaresma comer chocolate hasta "hartarse", ¡no es pecado!, vivir para ver...

Pero, a pesar del "secretismo" con el que intentaron llevar el tema, el chocolate traspasó fronteras, llegando a Francia, de la mano de la Infanta Maria Teresa de Austria (1638-1683), cuando contrajo matrimonio con Luis XIV (El Rey Sol) de Francia, ya que ella como miembro de la "Corte Española" era muy "aficionada" a esta bebida y se llevó con ella "cargamento" de cacao, útiles y servidumbre "cualificada" para que preparasen el chocolate para ella.
Maria Teresa de Austria

¡Que manera de manipularlo todo chicas!

No os parece muy fuerte que "nadie", ni siquiera los nacidos (por azar) de reyes o nobles puedan decidir lo que podían o no podían "comer" el pueblo, la población. Y reservarse para su uso exclusivo y su beneficio, algo, en este caso, que Dios puso en el mundo para "todos sus habitantes" nacieran en la cuna que nacieran.

No se de que me sorprendo, pues hoy día este tipo de cosas siguen pasando, muy a pesar nuestro.

Fijaos a donde llegaron con el tema del chocolate, que por orden de las Cortes de Madrid, en 1.644 se decretó que "nadie", ni comercio, ni particulares, ni en ningún sitio, se podía vender chocolate como "bebida". Para, según ellos, "evitar que lo pudiese tomar cualquiera".

¿Cómo se os queda el cuerpo? a mí "frío" (después me haré un chocolate).
Luis xiv "El rey Sol"

Pero no creáis que estas cosas pasan solo aquí, en nuestro país, que va, que va...

Nuestros vecinos "los ingleses", no prohibieron la venta y el consumo público del chocolate, pero lo "gravó" con un impuesto, dándole al chocolate un precio equivalente a 3/4 de su peso en "oro".

Este impuesto se mantuvo hasta 1.853.

Os podéis imaginar "los pocos" que se podían permitir una taza de chocolate.

El chocolate en tableta o en pastilla es la forma más común en la que se nos presenta, también es la más cómoda. De hecho por ser este un alimento tan energético y nutritivo, esta presentación, la tableta, es la más adecuada para incluirla en "el menú" de los soldados, ya que ocupa poco espacio en sus mochilas y les procura los nutrientes que necesitan junto con los frutos secos y productos similares.

¡Bueno chicas!  pues ya nos hemos dado una "vueltecita" por la historia de este "manjar de dioses" tan venerado y tan codiciado a lo largo de su trayectoria por el mundo.

Mis nancys (como no) son muy chocolateras ellas, pero no se ponen de acuerdo en "los complementos" .
A Emeraude le gusta solo sin leche, a Topazio le gusta a la taza con churros, a Ginebra en pastilla relleno de naranja amarga, a Wanda que pique y así todas, "una locura", pues hoy se van a conformar con una tacita calentita y un croisant.

¿Y vosotras nancyfans, os animáis? pues eso ¡Buen provecho! y ¡Hasta pronto!.