sábado, 13 de abril de 2019

Nancy peluquera, Nancy maquilladora

Cuando éramos niñas recuerdo que siempre prefería que mis muñecas tuviesen el pelo largo, cuanto más largo mejor, para poder peinarlas, hacerles colas, moños, recogidos...

En esto mi madre coincidía conmigo, pues a pesar de no traerme la muñeca que pedía, o la que me gustaba en ese momento, si que era de pelo largo.

Supongo que así se fraguó, desde mi infancia, otra de las profesiones a la que dediqué unos años, en mi juventud, la peluquería y posteriormente también la estética, todo ello sin dejar nunca la moda y el diseño y confección. Antes me cundía mucho más el tiempo que ahora.

Pues si chicas, mis muñecas tenían todas el cabello largo, nunca le corté el pelo a ninguna.

También ha sido una seña de identidad en mi propia persona, pues siempre he llevado, y llevo el cabello muy largo. Bueno, haciendo honor a la verdad, hace unos cuatro años decidí que ya tenía edad suficiente para dejar de llevar mi melena extra-larga, y me lo corté a la altura de los hombros.

Pues chicas, no he podido acostumbrarme, no me gustaba ni me veía bien, y desde hace ya bastantes meses (casi un año) he vuelto a dejarlo crecer libremente, a su aire.

Y fijaos, que esto que en apariencia es algo que carece de importancia, parece ser que la tiene y mucha, por lo menos, mi experiencia me lo dice así.

Como todo en esta vida, opiniones las tuve de todos los colores, desde los que opinaban que tenía un cabello maravilloso y me decían que no me lo cortase nunca, hasta los que decían (esto se lo comentaban a otros, no directamente a mí) que debía de tener todos los piojos del mundo en mi cabeza.

Opiniones que nunca pedí que me dieran, ni las buenas, que a pesar de todo agradecía y agradezco, ni las malas.

Pero sí que de alguna manera influyó en que dejase la peluquería de manera profesional.

También en este aspecto hubo quien opinó que exageraba y que todo se podía hablar, pero lo que para mí era importante y en absoluto era negociable era precisamente "mi cabello".

Porque atendiendo a las opiniones de quien decía, que si me dedicaba a vender moda capilar, tenía que "predicar con el ejemplo".

Yo que precisamente por haberme formado en la materia, conozco de primera mano todos los "pros" y los "contras" de los productos que se utilizan . No estaba dispuesta de ningún modo a aplicarme tintes, moldeados, reflejos, etc...

De hecho, a día de hoy sigo sin teñirme, aunque todo hay que decirlo, tampoco me han salido canas, a pesar de haber sobrepasado la frontera del medio siglo de existencia. Pero creo que aunque las tuviera, tampoco lo haría, dejaría que mi cabello se fuese blanqueando, siempre me ha gustado el cabello blanco, lo encuentro muy "sofisticado".

Eso unido al largo de mi melena, daba como resultado un producto, que a sus ojos y a los de cualquiera, comercialmente hablando, "no vendía".

Y yo, siguiendo los dictados de mi corazón y de uno de los grandes en peluquería que ha dado este país, que me dijo que él "no sacrificaría nunca una buena melena por los dictados de la moda..."(Luís Llongueras). Decidí dejar de dedicarme profesionalmente a la peluquería.

Ya se que suena fuerte y un poco extremista, pero es que en la vida, cuando se presenta alguna circunstancia que otra así, extrema, en la que tienes que decidir y cortar por lo sano (como se suele decir) yo, para bien o para mal "no me corto un pelo" (nunca mejor dicho) y decido.

Al final acabas acostumbrándote, al fin y al cabo nuestras vidas se componen, entre otras cosas de las decisiones que tomamos, unas veces acertaremos, otras no, pero es eso precisamente lo que nos hace humanos,con lo cual queda todo dicho.

En mi caso, con la peluquería, la verdad es que nunca me arrepentí, descubrí que lo que me gustaba era saber peinarme y cortar el cabello, pero para mí y los míos, no para todo el mundo, pues es un trabajo bastante "esclavo", seguro que si entre nosotras hay "nancyfans peluqueras"
 estarán conmigo en este punto.

Con la estética y belleza el tema es muy distinto, además de ser una profesión bonita y en mi opinión mucho más "agradecida" que la de peluquera, a pesar de que por otra parte es también bastante "absorbente" en cuanto a dedicación de tiempo, casi tanto como la peluquería.

Pero es mucho más completa en cuanto a formación, aprendes muchísimo sobre muchos temas, no sólo a nivel de tratamientos estéticos, también sobre la piel, los músculos, alergias, cosmetología, aparatología, técnicas de masaje, ....

Trabajando de esteticista siempre me sentí muy cómoda, me gustaba y me gusta. Tenía una clientela muy bonita, pero las circunstancias de la vida, a veces te obligan a cambiar el ritmo, y así fue.

Mis "niñas" que son unas "coquetas" de mucho cuidado siempre me están pidiendo que les haga "esto o aquello". Yo, como son de goma, les digo que para ellas el mejor tratamiento de belleza que existe es una sonrisa.

A mis amigas, que no son de goma, que me piden consejo les digo que para tener una piel luminosa y espectacular, hay tres premisas que no pueden saltarse nunca, la primera beber mucha agua, para una hidratación perfecta de la piel, la segunda dormir un mínimo de siete horas, si son ocho mejor, y un máximo de nueve a diez horas, un exceso de sueño en adultos tampoco es aconsejable y tercero incluir en nuestra dieta frutas y verduras en cantidades suficientes para cubrir nuestras necesidades de vitaminas y minerales.

Y por supuesto, igual que le digo a "mis niñas", que una bonita sonrisa nos hace parecer mucho más jóvenes.

En cuanto al maquillaje, si bien un toque puede resultar favorecedor, un exceso puede darnos un efecto totalmente contrario al que buscamos, es decir que nos va a "avejentar", por lo que en cuestiones de maquillaje, siempre aconsejo que "menos es más".

Con la primavera recordad que también nos aportará un plus de belleza y un "maquillaje natural" los paseos al aire libre - ¿os acordáis de aquella canción que cuando eramos niñas cantaba Manolo Escobar? que decía algo así: "con la cara lavada y recién <peiná> niña de mis amores que guapa estás..." pues eso tomad nota, pero cuidado, el sol empieza a ser ya un poquito "fuerte", así que no olvidéis la sombrilla, el gorrito o la visera, para proteger vuestra piel del rostro de un exceso de calor.

También os puede ayudar una mascarilla a base de productos naturales y que no os provoque alergias, para si alguna de vosotras quiere probar, os dejo anotada una muy sencillita, que me hago yo y que me encanta, sólo tenéis que mezclar dos cucharadas soperas de yogur natural sin azúcar, con una cucharadita de postre, de miel, os la aplicáis en el rostro desmaquillado y en todo  el cuello y escote, evitar los ojos en los que podéis poneros bolsitas de té usadas ya para una infusión, y que estén frías de la nevera.

De esta "guisa" os tumbáis en la cama o en el sofá, o donde os encontréis más cómodas y tranquilas, por espacio de media hora, como mínimo, si queréis y podéis estar más rato mucho mejor, tapaos con una "mantita" no os vayáis a enfriar, como no podéis leer ni hacer nada porque tendréis los ojos tapados con las bolsitas de té, os recomiendo que escuchéis algo de radio o música. Yo para estos momentos prefiero la clásica, bueno, reconozco que de un tiempo acá la prefiero prácticamente en cualquier momento y circunstancia.

Pasada la media hora, retirar con agua tibia y una esponjita, y si queréis os aplicáis una crema hidratante suave, y ¡¡ya está guapísimas!!

Un "secreto", si se puede llamar así, en cuestión de "pelos", para parecer más joven, es hacerse el corte o el peinado que llevabais cuando teníais 20-25 años. Probadlo, realmente funciona.

¡¡Un abrazo a todas y hasta la próxima nancyfans!!.Imagen relacionada