lunes, 20 de febrero de 2017

Carnaval carnaval...

Cuando eramos niñas, el carnaval se reducía a una "careta" de conejo, cerdito, oso, o algo parecido, de cartón que comprábamos en la papelería, que había en la misma calle del colegio. Por lo menos en mi barrio era así.

No había ni desfiles, ni fiestas de disfraces, ni nada parecido. Y es que las leyes entonces eran muy estrictas, y no se permitían el uso de máscaras, ni disfraces que ocultaran la identidad de quien lo llevaba.

Tampoco estaba permitida la concentración de mucha gente, y menos disfrazada. Por lo que los bailes de máscaras y los desfiles y demás celebraciones de carnaval, eran entonces una cuestión imposible de plantear.

Yo imagino que esto era así en toda España. Por lo que este tipo de fiestas se reducían al ámbito estrictamente "privado".

Pero el paso del tiempo que todo lo cura y todo lo cambia, también cambió esto.

No se si estaréis de acuerdo conmigo pero, cuando echo la vista atrás a aquellos primeros años de mi existencia, y recuerdo la vida de la gente y las costumbres, y como se hacían las cosas. Y lo comparo a como vivimos ahora, tengo la sensación de que han pasado más años de los que han sido en realidad.
Hemos realizado una transformación tal que yo casi diría que hemos "mutado" a otra cosa.

Mi hija, cuando le hablo de estas cosas, me dice que en realidad, no es que el mundo haya cambiado más en estas últimas décadas, que en las de principios del siglo XX. De hecho nunca hemos dejado de evolucionar desde que el mundo es lo que es.

A mi, me hubiera gustado, no ir tan deprisa, ¿para qué? no creo que sea necesario evolucionar tanto, en tan poquísimo espacio de tiempo. Tengo la sensación de que vamos dando pasos "agigantados".

¡Perdonad! me estoy yendo por las ramas, hoy toca hablar del carnaval.

Yo nunca me he disfrazado, no sé, quizás sea por lo que os he contado de que no lo vivía en mi ambiente más cercano, pues en mi casa, mi familia tampoco se disfrazaban, ni si quiera en privado.

Pero siempre he valorado a las personas que lo hacen. Hay quien invierte muchísimo tiempo, trabajo, incluso dinero en hacerse un disfraz digno de admiración.
Los hay más prácticos, que se lo compran hecho, se lo ponen y ¡ya!
Otros se ponen de acuerdo para ir en grupo disfrazados de lo mismo, y es divertidísimo ver por la calle, una "marea humana" de brujitas, pollitos, payasos, elefantes, ...riendo, gritando, bailando y pasándoselo "pirata".

Sobre todo me encantan, cuando son los más pequeños, los que van con su disfraz, son sencillamente "auténticos".

Como en todos los temas que comentamos - ya me vais conociendo un poquito mi forma de hacer - me gusta introducir un poquito de historia, y "tirar puentes hacía atrás", pues creo que así nos es más fácil de entender, el porqué de muchas cosas, costumbres, tradiciones,...que las venimos haciendo siempre, año tras año, mes tras mes, o cuando toca, sin pararnos a pensar ¿por qué lo hacemos? y ¿por qué de esta o de aquella forma?

Por eso, como os decía, me gusta y recurro siempre a la historia, a su origen, y tirando, tirando del hilo, encuentro cosas realmente fascinantes.
Como en el tema que hoy nos ocupa, sabéis que la palabra carnaval, es latina, proviene del latín vulgar "carnelevarium" que significa "abandonar la carne".

Posteriormente surgió otra etimología, que es la que actualmente se usa "carne-vale" que significa "adiós a la carne".

La fiesta de carnaval, la celebramos justo antes del inicio de la cuaresma (para los cristianos).
Comienza con "el jueves graso" o "día de la tortilla". ¡Vaya excursiones nos hacíamos a la montaña el colegio entero para comernos "el bocata de tortilla!. Y culmina en "el miércoles de ceniza" que nosotros conocíamos como "el del entierro de la sardina", y volvíamos a la misma montaña para enterrar nuestras "sardinitas"

Aunque su origen es pagano, a lo largo de la historia ha estado asociado tanto a celebraciones paganas como a religiosas.

Sus inicios se pierden en la noche de los tiempos de la antigua Grecia y Roma. Aunque empezó a tener más relevancia hacía la edad media.

Fue también en aquellos tiempos cuando la Iglesia Católica prohibió el consumo de carne durante la Cuaresma, y de ahí viene su nombre popular, carnaval.

El carnaval representaba como una liberación previa  al ayuno forzoso en muchos aspectos de la vida, durante la Cuaresma, el cual no podían eludir, pues la no sumisión a esta premisa era castigada incluso con la muerte.

Más adelante en el tiempo, concretamente en el Renacimiento, las celebraciones de carnaval pasaron de ser celebraciones de carácter, digamos, "popular", para introducirse en otros ámbitos y esferas sociales más elevadas, incluidas las Cortes Reales. Lo que supuso su refinamiento y sofisticación.
La música, la danza y el teatro irrumpieron con fuerza en las ya conocidas "fiestas de máscaras".

La Italia del siglo XVI fue el escenario donde las fiestas de Carnaval alcanzaron su máximo esplendor, en Florencia, en la Florencia de los Medicis. Para la que no se acuerde, pues lo estudiamos en la EGB (hace 40 años, como para acordarse, yo lo he tenido que buscar, ji,ji), los Medicis fueron una familia muy influyente y poderosa en el Renacimiento. Entre sus numerosos miembros destacaron varios Papas (León X, León XI, Clemente VII), reinas francesas (Catalina de Medici, Maria de Medici), numerosos dirigentes florentinos miembros de las casas reales de Francia y de Inglaterra, y que a su vez fueron mecenas, patrocinando a artistas y científicos de su época.
El origen de esta familia fue muy modesto, y su poder inicial surgió de la banca.

Ya veis, que tirón tiene esta fiesta mundialmente conocida y celebrada. En la actualidad, para aquellos que les guste vivirlos en primera persona los carnavales de Rio de Janeiro en Brasil, los de Venecia en Italia y los de Tenerife en España se llevan la palma.

¡Animo chicas, es Carnaval!     ¡Hasta Pronto!



  

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